...Nuevo invento relativo, pues debe existir documentación que atestigua el paso de peregrinos en el siglo X,... o sea antes de ayer por la mañana temprano,... si lo comparamos, eso si, con los tiempos del Paleolítico, cuando ni el ser humano existía ni los trenes eran animales mitológicos.
Yo, en confianza y bastante de coña, lo llamo "Ayslanders", un anglicismo inexistente e inventado de familia para darle un toque mas, como te diría,... como lo que se lleva ahora. ¿Sabes?
Siguiendo la costa se encuentra entre Cerdigo y Oriñón,... hay un dicho que no deja en muy buen lugar a los habitantes de esta zona y supongo que será en tono de humor, "En Oriñón cada casa tiene un ladrón, en Islares no te pares y en Cerdigo ni te digo". Vaya fama,... pero realmente nada hay que temer,... que peor es en el camino francés con el caso de Cirauqui, un autentico nido de víboras.
La llegada a Aislanders es de las mas bonitas que yo recuerdo de todos los recorridos por mis Caminos a Santiago, o así me pareció cuando lo visité extasiado por ultima vez,... ciertamente me quedo con otros tramos de Caminos que me han inspirado mas en el momento, pero este cortísimo pedazo de dos kilómetros, o de dos mil pasos es un regalo para los sentidos, como un plato aderezado con infinidad de ingredientes que se mezclan en perfecta armonía y en el momento justo, resultando una delicia inigualable para el paladar mas exigente.
El tramo comienza nada mas rebasar Cerdigo y se introduce por la derecha de la carretera general que abandonas mediante una pista asfaltada, la cual desciende hasta un pequeño y bastante feo cementerio amurallado, dato este no es muy fiable por su subjetividad, pues para mi todos los cementerios son horribles, por muchas flores que tengan. El muro es cuadrado, con una verja que hace de puerta y que supongo yo será para que los muertos no salgan,... y los vivos no entren.
En este lúgubre punto, bordeando la muralla, se gira noventa grados y comienza el espectáculo...
El Camino se torna sendero de tierra y en los bordes te reciben unos helechales que superan en altura la cabeza de Pau Gasol, enseguida la espesura te envuelve como una selva y para cuando te das cuenta te encuentras inmerso en un bosque,... pero no es un bosque cualquiera, se trata de un bosque de...
... encinas.
Encinas en pleno Camino del norte? Como en la Plata?... Pues si, como en la Plata pero con los arboles mas apretujados entre ellos, densamente. El Encinar esta además enriquecido, salpicado por infinidad de especies de arboles diversas: castaños, nogales, acacias, robles...
El suelo que pisas ahora es un tipo de sendero modelo,... de tierra y rocas sobresalientes como cuando subes a una cima pirenaica, pero con la diferencia de que casi no se ve el cielo, ya que vas encaminándote por un túnel enramado.
Este trozo dura un suspiro y cuando se acaba, que lo hace de golpe,.. ocurren varias cosas a la vez...
Todas estas:
Un olor denso como a encerrona te golpea en la nariz, llenándote y empachándote,... y cuando te estas preguntando cual será el motivo, lo divisas encadenado a tu derecha: Lucifer,... un cabrón gigante de color marrón con los cuernos mas retorcidos que la mente de Gargamel, el malo de los pitufos,... y con los cojones tan desproporcionados que casi los lleva arrastrando por los suelos. Le acompañan media docena de cabras que comen zarzas sin parar, pero que casi deslucen al lado de este ejemplar de macho cabrío de concurso-exhibición y que se parece al mismísimo demonio rojo,... que no el de moño rojo.
En el mismo momento que se abre el cielo encima de tu cabeza, deslumbrándote, se te aparece una pradera de tono verde suave con desperdigados montículos de arbustos de color verde oscuro que parecen bonsáis, y justo donde esta se termina en un precipicio y como un final, comienza una inmensidad infinita azul cobalto que en el horizonte se difumina con el cielo en una línea borrosa que te deja sin palabras, se te cae la vara y los pantalones al suelo, y si te desmayas de la impresión y comienzas a rodar como Heidi y Pedro por los Alpes, caes directamente al mar a lo conde de Montecristo.
Pero queridos peregrinos, el recital no ha hecho sino comenzar...
Primero escuchas un tintineo cerca, luego otro lejos, proviene de distintos puntos, estos se van reverberando o algo así y..., al instante empiezan a cruzar desordenadas por la pradera,... increíble: son ovejas,... ovejas al borde del mar, de repente te encuentras rodeado de ovejas... el tintineo de los cencerros, junto con sus balidos,... el sonido del viento en la cara que irrumpe intenso del nordeste, el estruendo de las olas rompiéndose contra las escarpadas paredes, y al fondo los chillidos de las gaviotas que no paran de sobrevolar debajo de tu altura rozando peligrosamente el acantilado es una melodía para los oídos.
Respiras hondo. Te encuentras en el acantilado "El calero".
Las ovejas se han extendido por la pradera... Y por el mar. Esta repleto de monticulitos blancos de espuma. El cantábrico se encuentra de marejada y su azul único esta moteado de blanco, como un inmenso rebaño de corderitos. Te asomas al precipicio, se divisa toda la costa que en Cantabria cae peculiarmente rasgada en vertical recortándose como aserrada. Justo, debajo, un cormorán que se encuentra posado en las aguas, inicia veloz su vuelo rasante dirección oeste, dejando una huella de espuma: peregrino, claro que hay camino y es una estela en el mar...
"El Calero", se llama así porque fue un lugar donde antaño se extraía cal. En la misma base del acantilado se puede apreciar un gran hoyo circular con un orificio transversal. Transportaban las rocas en carros tirados por bueyes, las apilaban en el hoyo con capas de madera formando una cúpula y le pegaban fuego, gracias a la brisa cantábrica se mantenía en la temperatura adecuada para el proceso,... por cada doce kilos de roca lograban uno de cal... Además de belleza, un poco de cultura.
Igual que en Aragón existe un balcón del pirineo, esta es la terraza del Cantábrico,... y casi parapetado en el precipicio, un banco de madera coquetea con el abismo para conversar mas cómodo con el mar. Es peligroso, pues puedes pasarte horas,... antes de decir nada quiero decir.
El camino enfila hacia adelante limitado a estribor por las rompientes olas, el refrescante viento y las blancas gaviotas que planean en paralelo.
Ahora el tramo de camino que te recibe es sencillamente un monumento histórico artístico de la humanidad, un sendero que serpentea en subida enderezándose y corrigiéndose rematado en lo alto con una especie de menhir egipcio coronado con un penacho de hierros que parece haber sido un faro.
Colocando la guinda, en una roca sobresaliente en el borde, una flecha amarilla pintada a mano marca la dirección correcta, hacia adelante y hacia arriba al mismo tiempo, dando la impresión de que si saliera disparada, aterrizaría en el mismísimo Obradoiro,... curiosamente tengo la sensación de haberla visto antes en otros Caminos. Si, casi seguro de que es la misma.
En ese punto se encuentra un recoveco que te vuelve a encaramar al mar y es perfecto para echarse un cigarrillo, ahora que ya esta prohibido en emplazamientos como ese.
A babor se levanta un monte, una espectacular mole de piedra y bosque que llaman Monte Cerredo, y adelante, aunque todavía lejana, se divisa acechante una descomunal muralla gigante que parece proponerse impedir el paso del pobre pequeño peregrino y que llegará a obligar el desvío tierra adentro. Es un bastión rocoso inmenso de paredes verticales, precipicios de vértigo y rampas escarpadas que mueren en el mismo mar. Se trata del Candina. Detrás de el se esconden tímidos: Laredo, Colindres, Santoña,... hasta Ribadeo se diría. Ambas montañas son reinos de los buitres leonados que ahora sobrevuelan suspendidos encima de mi cabeza.
El encantamiento se va suavizando, pero no del todo,... el camino casi desaparece convirtiéndose en una difusa raya ancha en mitad de una pradera verde jaspeada de flores silvestres peinadas por el viento que cae en pendiente directamente al mar, es casi como ir campo a través.
En ella un rebaño de coquetas vacas de color vainilla con pendientes en las orejas y collar provisto de cencerro llaman la atención. Faltan Heidy y su abuelito que no desentonarían. Las acompaña, a tiro de piedra y otra vez en el mar, el pequeño Perejil cántabro, un islote de piedras colmado de escandalosas gaviotas.
La costa se recorta caprichosamente en salientes, entrantes, calas y acantilados de formas peculiares,... al fondo la tierra entra en el mar con la apariencia de una ballena, y mas al fondo, a trasfondo, es todo un monte el que penetra en la inmensidad de agua, la estribación del Candina, que lo cubre en parte, le hace parecer una isla, pero resulta estar unido a la península.
El regalo para los sentidos de dos kilómetros va finalizando... No esta nada mal en un tramo tan corto, tan corto como completo.
Vuelve el asfalto y ya se divisa el campanario de la iglesia, que parece darte la espalda. El pueblo aunque no excesivamente bonito, colonizado por chalets que pretenden tener encanto pero que no terminan de convencer, se encuentra sin embargo en un enclave mágico. Atravesándolo, en el borde del Camino te saludan dentro de una sencilla ermita San Roque y su perro, que no tiene rabo, e inmediatamente embarrancas en la playa de Arenillas, una pequeña cala donde se te plantea la encrucijada del día...
El camino mas corto: esperar la bajamar y cruzar descalzo toda la playa para continuar luego por la carretera, o desafiar al Candina,... o seguir por el mas largo y marcado por la flechas que llevan a Santiago.
Pero yo ya tengo elegida mi opción, me quedo en Islares.
Enfilo por "la calle del Riego", coincido con un viejo caballo que tira de una destartalada carreta rebosante de hierba recién cortada en una estampa que me transporta a un pueblo de los de antes, un pueblo que no existe, como Aislanders.
... Desde una huerta colindante, en la que se encuentra recogiendo unos pimientos, Jacin me da los buenos días,... es viuda, tiene ochenta años y una sonrisa perenne. Se ha echado novio, un jovenzuelo de sesenta y ocho. Pero esa es otra historia, una de esas historias que con el tiempo se convierten en leyenda y terminan.... siendo un mito.