Ahora esta quieta, aburrida, sola, triste,... a la espera. Permanecerá así durante largo tiempo,... meses, años quizá. Pero algún día, tarde o temprano volveremos a los caminos. Y entonces será feliz.
Desde que nos conocimos siempre vamos juntos, uña y carne, por las sendas marcadas, siempre con el mismo destino, siempre hacia adelante. Normalmente yo la guio y ella me sigue incansable y fiel. Solo viene conmigo, nunca se va con otro.
A veces, ella toma la iniciativa y me conduce por arcaicas calzadas romanas, infinitas cañadas reales, arenosos senderos movedizos,... cruzando los bosques.
... Cuando paramos, ella descansa a mi lado.
Me ha acompañado ascendiendo furtivamente por las faldas del Pico Dueñas, entre toros y moscas. Sucia de barro y polvo se ha paseado flamante y orgullosa por la plaza mayor de Salamanca. Con ella he recorrido la legendaria vía de la plata, sorteando obstáculos y peligros,... temerariamente. Sin tregua bajo un sol de justicia...
Ella, como yo, se hace mayor, pero aguanta bien. Ambos odiamos ese estúpido casco ahuevado.
Ella no es un bicho, aunque tiene ruedas. Es mi bici y se llama Bolitx, como mi nick.