Hacía rato que había subido por un cortafuegos el alto de los castaños y que había pasado por las inmediaciones de Grimaldo, cruzando un bosque quemado y con olor a chamuscado todavía. A pesar de la bola de fuego que se veía en el cielo azul, el panorama había sido desolado.
Cuando se acabo el bosque, aparecieron los toros,... unos cuantos, todos negros y todos mirándome. Como no soy torero me desvié por la izquierda bordeándolos y enlace después bastante acojonadito...
La ultima flecha que divise fue en una portela y buscaba ansioso la siguiente..., pero no aparecía, estaba perdido por tercera vez ese día. Saque la brújula y la guía, aunque no me aclaro nada, así que decidí tirar al norte. Al rato una valla metálica me impedía seguir y tuve que volver sobre mis pasos. Lo intente por la izquierda siguiendo una senda indefinida y aterrice en una granja de cochinos histéricos. Me salieron dos mastines y un perro lobo, que era el mas cabrón de los tres. Volví atrás con el chucho hijo de perra ladrándome a la oreja. Casi me meo del susto...
Deambule por la zona buscando una salida,... me estaba desesperando, el calor zumbaba sin piedad, con ruido y todo,...rrrrrrrrrrr y el agua de mi botella parecía sacada de la fuente de las Burgas, aun así necesitaba tragarla cada cinco minutos. Pasaron varias horas y seguía allí atrapado, buscando una salida. Intente sortear otra valla metálica para acceder a la odiosa N-630, pero estaba plantada a conciencia, no podría escaparse ni un conejo. Al final, la tuve que cortar con mi navaja suiza.
Después de un accidentadísimo periplo campo a través llegue a la carretera y me pare en una gasolinera, donde me bebí de trago dos acuarius de litro. Continúe..., en un cruce, pille dirección Rio Lobos y al rato a la derecha enlace otra vez con el camino marcado. Estaba medio mareado y tengo recuerdos confusos,.. una acequia o un canal de riego, un bosque a lo lejos,... y por fin al fondo,... Galisteo.
No se si es bonito, pero a mi en aquel momento me pareció mágico, como una ciudadela de cuento de hadas. Accedí a la plaza pasando bajo la muralla y en una terraza sentado vi que estaba un peregrino con el que había coincidido hace dos días. Me senté junto a el y pedi cuatro cervezas de tercio,... de allí no me movía nadie... Le podían dar por el saco al albergue, a la ducha, a la cena y al mundo entero...
P.D. Ahora no se, pero en este tramo antes de rio lobos, antes se perdía todo dios, decían las malas lenguas que el propietario del terreno había borrado las flechas y pintado otras desviando al peregrino del camino y consiguiendo que se perdiera.