"Behin batean Loiolan", "una vez en Loiola", es una deliciosa versión de una canción de John Denver que un grupo de rock vasco, "Egan", tocaba en todas las plazas de los pueblos.
La sencilla letra en euskera no es una traducción fiel a la original y habla de primeros, inocentes y preadolescentes amores,... un joven que ve bailar a una chica en una romería de Loiola y queda prendado...
En su tiempo, hace unas décadas, fueron cientos las parejas que se enamoraron bailándola agarrados,... y miles habrían sido las calabazas que se recibieron pidiendo baile a las chicas guapas, centro de todas las miradas,... y que siempre terminaban la noche festiva veraniega tonteando con el guaperas de la plaza, o del brazo de un tipo que nunca era yo,... mientras el resto mirábamos con envidia y resignación, pero sin perder la esperanza de que en la próxima ocasión, el destino nos obsequiaría con los ojos receptivos y rendidos de la princesa mas preciosa del universo. O mejor,... del barrio.
... Muchos años después, lejos de mi entorno, una eternidad sin soñar inocentemente con princesas preadolescentes de barrio y una considerable colección de pecados bastante poco originales... hacía calor, me había perdido y las pasé canutas,... pero allí a lo lejos se divisaba por fin, al final de un manto compuesto de campos descoloridos y ondulados tendidos al sol... Todas las sufridas peripecias, las penurias, se desvanecieron como humo, dejando paso a una deliciosa y expectante calma.
.... Encaramada en un cerro la muralla de Galisteo, con una torre picuda resaltando y el Jerte a su vera, lucía espléndida. Miles y miles de cantos rodados y robados al río unidos con argamasa, rodeando en hileras superpuestas hasta alcanzar unos cuantos pies de altura, formaban una contundente e inexpugnable circunferencia de piedra que envolvía y protegía el poblado.
¿Que escondería en su interior?
El pórtico de entrada, aunque no se llamaba Cáparra, igual que aquél, no tenía ni portón, ni guardián, ni llave,... lo atravesé en subida y me colocó ante,... una plaza rebosante de gente.
Galisteo estaba de fiesta, impregnado de ese ambiente animado, agradable y acogedor sin multitudes que son las fiestas de los pueblos al atardecer,... y el panorama y la insaciable sed,... dichosa sed platera, hicieron que el descanso definitivo del día en una terracita sombreada,... bendita sombra platera, fuera inevitable.
....Un conjunto, que por el nombre que se leía en la batería parecían poder ser paisanos míos, tocaba con pasión, garra, gusto y buen hacer, entremezclando canciones de toda la vida con éxitos del momento, un popurrí donde cabían "Satisfation", de unos cantos rodados diferentes a los de la muralla,... "Haya en el rancho grande" de Jorge Negrete, te voy a hacer unos calzones que vas a flipar,... una horterísima canción de un horterísimo cantante de horterísimos ricitos que comenzaba a despuntar horterísimamente,... el inevitable "Paquito el chocolatero",.... una muy guapa de "Maita Vendeca"...
... Y de repente llegó la siguiente,... los acordes me sonaban y me trajo al momento vivos recuerdos: la solista entonó...
-Behin batean Galisteon...
Como era de esperar, en un margen de la plaza, un quinceañero pidió baile a una guapa adolescente, y esta aceptó,... pero desde el otro, una pareja de sesentones comenzaron a mecerse abrazados con la compenetración de un solo ser, ella lo miraba con ojos brillantes,... increíble, como si fuera la primera vez.
... Y así lo viví, sentado al escenario de una plaza en fiestas, de paso en un Camino tan fascinante como un primer e inocente amor preadolescente,... una vez en Galisteo.