Fue encontrándome casualmente en Roncesvalles por la primavera del año 2002, al cruzarme con unos peregrinos, que se me pasó por la cabeza la idea de hacer el Camino de Santiago...
... Ese mismo verano comenzaba mi primera e inocente incursión al Camino, en bicicleta,… al año siguiente me sumergí en las calzadas, cañadas, sendas y soledades plateras desde Sevilla a Astorga,... al siguiente rematé en su versión verde, abrupta y en buena compañía desde Zamora a Santiago por la opción sanabresa,… no pude esperar al siguiente para salir de la puerta de mi casa, y ya me situaba en el Camino del Norte con San Telmo a la espalda y Santiago en frente
Cambié de modo de locomoción, me agencié una mochila, una vara y un par de botas y pateé el Camino aragonés desde Borce pasando por San Juan de la Peña, desembocar en Puente la Reina y alcanzar Compostela, nuevamente por mano del francés...
... Y finalmente, este mismo invierno y como hacían los peregrinos antaño, cerré la puerta de mi hogar,... y Caminé rumbo oeste con el faro de Finisterre siempre en mi horizonte…
Gracias a José García, peregrino, hospitalero y mi maestro en los misteriosos entresijos de la cibernética, guardo pinceladas de brocha gorda de todo ello, aquí, en un espacio proporcionado por él…
...A continuación...