Sé que es un tópico, pero siempre, siempre, siempre que he llegado al Obradoiro, estaba lloviendo,... chove, chove en Santiago, y chove con ganas... y en mi caso es verdad,... también, curiosamente siempre he llegado allí por sitios diferentes, proveniente de caminos distintos,... y también siempre me he perdido al entrar y he tenido que preguntar por la catedral,... y para colmo, también siempre he llegado en bicicleta,... como veréis: desastre de chaval.
Azofra-Antes de Grañón-Santo Domingo. 29 km.
Este año pasado que he ido caminando, no he llegado,... me quedé lejos, tenía los días contados,... y las horas,... mi última jornada había quedado para comer, estuviera donde estuviera,... uno es un auténtico pijoperegrino de pata negra y le venían a buscar en coche al pueblo que tocase....
Fue un final de Camino diferente, nada que ver con los anteriores,... lo lógico para mi era terminar en Santiago,... no me gustaba la idea de quedarme a medias y no me consuela que me digan que puedo seguir otro año, no deja de ser un Camino incompleto,... pero uno no puede hacer siempre lo que desea, a pesar de sentirse con fuerzas y ansiarlo con todas sus ganas...
Hay lugares del Camino que aunque no aparezcan en las guías, para uno son especiales, puntos determinados, aparentemente sin ningún interes, pero donde sorprendentemente te ocurrió algo inolvidable y recordarás siempre.
Ya de media mañana crucé el puente a la salida de Santo Domingo, pase al otro lado de la carretera y seguí la pista que te lleva a Grañón, sin fijarme en nada y a paso rápido, casí al trote,... de vez en cuando miraba para atrás, y Santo Domingo parecía como si no quisiese alejarse,... siempre lo divisaba mas cercano a lo que me suponía caminando tan livianamente.
La pista hacía un quiebro totalmente a la izquierda dejando de avanzar hacía adelante, de manera que Grañón te queda totalmente a la derecha y dejas de enfilar en su direccion,... al rato, otro quiebro a noventa grados a la derecha y el pueblo volvió a ser diana de,.... mis pies.
Subí una cuesta que se me hizo pesada,... y cuando terminó: llegué a donde quería,... el punto mas mágico de todos mis Caminos a Santiago. Grañón quedaba a un par de kilometros, pero no era mi destino,... yo terminaba allí.
Me paré,... no había nada, no había nadie, no había Obradoiro, ni catedral, ni pórtico de la gloria, ni Platerías, ni oficina del peregrino, ni desayuno en el parador, ni mariscada de celebración,... pero recordé y sonreí.
Le dí un beso a la única casilla en blanco de mi credencial y pegué un bordonazo con todas mis fuerzas al suelo. Mi Camino había terminado, dejé en ese instante de ser peregrino y me volví corriendo a Santo Domingo de la Calzada.