Hola amigos.
Me llamo Bolitx y soy jacobimanameno,… jacobonomono,… joder que se me traba la luenga,… soy lo que se dice jacobeinomano integral flipoide. Además sufro agudos brotes de pilgrinizenia ortopédica intercoaxial relativa. Hace ya años que me lo diagnosticaron un grupo de curanderos naturistas “homopáticos”. Y parece ser algo crónico según me confirmaron.
Todo sucedió tontamente, quicir de la manera mas tonta. Me encontraba tranquilamente en Roncesvalles, vi pasar un par de peregrinos, pensé que no estaría mal probarlo y ¡zas! caí como una pelotilla. Y a partir de ese momento, en picado. Un Camino tras otro,… y otro, y otro. Siempre engañándome, mintiéndome vilmente a mi mismo, este el último, hago este y ya cuelgo el saco tipo momia, este si, y este no, pero ni uno mas, uno mas y se acabó; se acabo, dos mas y ya está. Y así…
… Y así llegué a atraparme en una espiradisima espiral espirada, con el puto centro siempre a la izquierda si subía, y a la derecha si bajaba. Ya me dirás tu qué centro es ese que siempre está escorado.
Llegué incluso a momentos críticos en los que perdí toda cordura. Y en ocasiones veía mojones… Miles de mojones jacobeos… mojones en el pasillo de mi casa, mojones en la cocina, el mojón del kilometro cien estaba en la bañera chapoteando entre espuma mientras se partía el culo, el mojón del faro de Finisterre, junto a Pelegrin para mas joder, dentro de la panera; yo dormía con mi mojón de peluche. Me salían mojones de los bolsillos… “¿Toma quieres un mojón? Esta muy rico y no tiene azúcar, es un mojón dietético.”
En otra ocasión firmé sin darme cuenta un cheque en blanco con mi apodo peregrino, cuando el banquero vio “Bolitx” en el cheque se quedó a cuadros y para disimular le tuve que decir que era mi nombre en pigmeo. Y en otra que fue sonada, me dio por amarrar una cuerda mediante una polea a la lámpara de mi cuarto y me puse a hacer el tiraboleiro. Fue tanta mi emotividad e ímpetu en el asunto, que la lámpara se soltó y salió catapultada y despendolada por la ventana, igual que ocurrió una vez con el botafumeiro. No hubiera pasado de triste anécdota, si la lámpara no hubiera aterrizado en la cocorota de mi vecino rrrruso, que venía de comprar el pan, y no me hubiera denunciado por xenófobo, racista, pervertido y antisoviet o algo.
Ante tan grave problema, tomé la determinación inquebrantable de romper con mi pasado. La mochi, por ejemplo la llené de arena, y como no tenía bolsillos, la colgué del techo y la utilicé para entrenarme en boxing. La joroba del poncho la reciclé y me fabrique una tienda de campaña tipo Iglú para cuatro; me apañé con las polainas para el compartimento del chihuahua, que queda que ni pintado en la cúpula del iglú. Tallé unas hendiduras en la calabaza y ahora es una jaula de grillos con exquisito toque rústico. Con las credenciales y las compostelas hice un “colassssh” de sellos que encuaderné y convertí en un códice monocromático en verde marino, azul pradera y gris pasión que trata sobre la alquimia de los incas. El bordón es un híbrido según las necesidades, domésticamente cumple como palo de escoba y, ociosamente, como caña para pescar pulpos…
Y así hice con todo para que no quedaran rastros jacobeos.
Sin embargo eso no fue suficiente y tuve que ayudarme de entretenimientos curiosos, de métodos variados y terapias diversas. Me apunté a Spining, a clases de salavario disléxico antiguo, me hice socio del club de cricket, presidente de la comunidad de vecinos, gané el torneo municipal de Scatergory razonado con teorías de Descartes que un pulpo puede ser un excelente animal de compañía, me hice pirata cojo con cara de malo y parche en el ojo, arañazo en tu espalda y luchador de sumo…
… Asistí a intervenciones de acupuntura con pincho de abeja maia, y de hipnosis,… pero en plena sesión el hipnotizador se me quedó dormido el desgraciado, y se puso a roncar como un ceporro, y eso me recordó a los ronquidos del Camino, y en consecuencia al Camino, y casi sufro un colapso mental,… de modo que opté por...
…Hacerme Hare Krisna…
Y ya empecé mal, porque cuando asistí la primera vez, por culpa de los nervios y la ansiedad, le pregunté al Gran gurú pelado si eso era la sede de los “Happy Christmas” y el caso es que aunque no me dijo nada, empalideció alarmantemente. Luego, en cambio, todo fue bien…Pero no duró mucho, todo iba bien, si, hasta que la cagué bien cagada. Y es que en pleno ayuno digestivo interior, mental y espiritual tuve un descuido y les conté a mis compañeros de congregación, mi última subida al Cebreiro con el detalle del pulpo con cachelos, el caldo gallego y el vino turbio en la Venta Celta incluido. Como podréis imaginar, el efecto negativo fue inesperado y terrible, a uno directamente le dio un perrenque y cayó fulminado desvaneciéndose como un espíritu volátil; a otros dos, solo de imaginárselo se les subió el nivel de colesterol a 1573 en la escala Ricter y casi la palman; tres desertaron directamente y se metieron frailes carmelitos donde ejercen de cillereros y cocineros; y cinco cometieron un atraco en la asociación de amigos del Camino de Santiago de Askizu, robaron las credenciales y se tiraron al Camino, pero con coches de apoyo eso sí, que como son vegetarianos, no comen, no beben, no no, pues a mitad de la etapa corren peligro de desvanecimiento…
…Y a mi por supuesto me despidieron.
Ahora ando compaginando el yoga con el pilates y el “Pressing Catch” y estoy contento. Ya os contaré.
Un abrazo muy gordo a todos. Con mucho cariño, Bolitx.