Me levanté de la litera a las cuatro menos cinco de la madrugada, menudo susto con la alarma del móvil que sonaba a toda ostia. La había puesto a tope de volumen porque sino no me despierto ni de coña. Lo dejé que sonara un buen rato y conseguí desvelar a todos los peregrinos del albergue menos a la “marmota hipohuracanada” de al lado claro. Alguno se empezó a quejar, pero le respondí que yo me iba cuando me daba la puta gana. El pringado de la litera de encima mío por el bote que dio fijo que era saltimbanqui.
Saqué, pero a saco de ruido con unas bolsas de plástico que chirriaban,... un millón de grillos mamados no lograrían mayor escándalo. Las tenía muy dobladas y me costó mucho extenderlas y meter las ropas dentro, además no veía ni torta y encendí la luz. También silbé, si, primero silbé, la de los “Deep Purple” y luego ya la canté directamente a grito pelado.
-SMOOOOOOOUK ON THE WATAAAAA,… SWICHIKANE MAYENNNNN!!!!!!!!!!... PAMMM, PAMMM, PAMMM,… PAMMMM, PAMMMM, PAMMMMMMM!!!!
Fui a ducharme, no me hacía falta porque lo había hecho la noche anterior justo antes de meterme en el saco, pero como era gratis........, estaba tan a gusto debajo del chorro, que gasté todo el agua caliente sin darme cuenta,... amigo, pero que relax y que me quiten lo bailao.
Refrescado y goteandolo todo volví a mi litera y alguien había vuelto a apagar la luz, pero que morro tiene la gente. Encendí todas las que pillé a mano,... me preparé tranquilamente la mochila, me puse el esparadrapo galeno del guiri de al lado en los talones, me vestí, me calcé, envíe un mensajito por el móvil…
-Mierda! se me ha olvidado meter la toalla,..... y quería que fuera al fondo…
Así que desparramé todo encima del colchón y volví a empezar mientras me encendía un “piti” de paso. Oía quejidos e insultos, y pensaba,.... pero que cojones les aportará a esta gente el camino, que no aprenden nada, donde queda la tolerancia en estos tiempos dichosos.
Me fui de la habitación dando bordonazos al suelo con mucho poderío, que parecía una “Txalaparta andante” macho. En una le di a un bulto que estaba en la mitad del pasillo durmiendo en el suelo con una esterilla. Era un viejo gabacho que no sé que me dijo de "a le pute megd" ,.... que coño haría allí.
Antes de salir, pille un calcetín que estaba tirado en el suelo y se lo metí en la boca a la “marmota hipohuracanada” que no había parado de roncar en toda la noche y no me había dejado dormir como yo hubiera deseado. Después le saqué una foto.
Desayuné en el mismo albergue, que tenia papeo como por un tubo, todo lo que pillé,.. un par de yogures, un paquete de galletas, fruta, unas tostadas, de todo. Me puse chato. Pillé otros dos paquetes de galletas para el camino. Lo dejé todo sin recoger, que para eso estaba la hospitalera antipática, la señorita Rotenmeyer aquella que no quiso lavarme ni plancharme la ropa ayer.
Eché la meada antes de irme, sin fijarme mucho y con los ojos cerrados porque estaba un poco dormido todavía, cinco minutos de reloj por culpa de la docena de cañas que me había metido entre pecho y espalda la víspera. Joder que torpe estaba, no encestaba en la taza,... le di a todo menos a la araña que estaba en la mitad-mitad. Nos partimos el culo, la araña y yo, mientras pensaba, eso si que es difícil, el no darle digo.... Me llevé el rollo de papel que vi, aunque ya tenía uno,..jejeje,...no quedaban mas.
Al lado de la puerta de salida estaba el cepillo,... tenía un par de monedas de dos céntimos que me estaban incordiando en el bolsillo y las puse de donativo. A ver si así ponen un poco de jabón para la próxima vez, y dejan de afilar la uña, que parece que están rascando siempre...
Me puse en marcha a oscuras y me largué pitando de allí. En una que miré hacia atrás, vi por el reflejo de la ventana que las luces seguían encendidas. Eran las cinco menos cinco de la madrugada...
A las doce en punto del mediodía ya estaba el primero en la cola en el siguiente albergue,...y es que al poco de comenzar a andar sentí un leve dolor en la planta del pie derecho. Creo que era un comienzo de ampolla, aunque no estoy seguro, y me quede a esperar al primer autobús que me llevara al final de etapa. Iual que ayer y antes de ayer. Es que soy muy prudente y no quería que se convirtiera en una irreversible lesión. Ya llevaba siete compostelas hasta entonces y no quería que se me escapara la octava....
Y esta fue una de mis experiencias en el Camino que os quería contar,...espero que os haya gustado.